El Diletante Guacho Fané

En el seno del sufrimiento hallé el sendero secreto del deleite...

jueves, marzo 30, 2006

Boceto de un poema que nunca voy a poder escribir...

estación Paternal - cementerio de la Chacarita

¿Y cual es tu visión mas entrañable?

las sombras oblicuas de los edificios de tu barrio derrumbándose
/al atardecer
el perfume dulce y hostil en primavera de los tilos
el sol atardecido dorando de un lado las hojas de los plátanos y
/los tilos
en la otra cara, los matices verdes ensombrecidos de esas hojas

los cielos en su
arreborizándose

desde abajo

por tu insistencia cuando volvés de laburar

caminar lo inaprensible:


escribiendo sentís penetrar el color de la hoja, habitar los aromas,
/fundirte con el clima de tus calles



libar de las imágenes de esa parrilla de estación: los objetos
/más antiguos
la lámpara pegada a la parrilla envuelta en la grasa más antigua
el pelo entrecano del parrillero engominado con esa misma grasa
la mirada alunada y las manos autómatas

moviendo las brazas, cortando el vacío, viviendo ese vacío!

quizás probarte un rato los ojos del pintor

el mostrador de acero inoxidable, el servilletero, los vasos, los platos
de acero inoxidable
patentiza la paciencia una inoxidable rendición en quien pide
/riñoncitos para acompañar el vino
los que están sentados frente al mostrador, dedos oxidados sonrisa
/dientes
las miradas se encuentran para hablar el vacío, para acompañar
ahí abajo, bien abajo del humo y del alcohol
esa calma lacerante en que despliegan las conversaciones
son la prueba rutilante del absurdo lacrimógeno

lo que ellos saben es:
“nosotros hablamos
el dolor sigue hablando en el silencio”


y conjurar desde allí la belleza frugal del ikebana?

percibir la muerte con cada mujer que te sonríe en un bondi
si se pierde en la ciudad sin decir más nada y para siempre y nunca más

tal vez en una caricia absorber
de los perros de los cartoneros, de su gesto de orejas
vencidas
toda la pureza de la absorción que ya hicieron a su vez de la caricia
del cartonero
eterizado por licores del más bajo fondo y de nuevo bien abajo
donde se halla el desprecio mas terrible por las gargantas trenzadas y
/¡con vino a desatar!

ahí abajo empantanado está: raíz de oquedad rescate perenne

o te cortas y te vas solo a darle una seca a este atardecer
que crepite el ocaso asesino cernido impasible sobre el cementerio

tus ojos aprendieron de esos perros a aprisionar la lágrima
y si lo vas a hacer, que sea de la única manera que se puede hacer


Buscar siempre allí esa cruz constelada que te guía a tu casa

jueves, marzo 09, 2006

parábola

"Mi nacer aquí, ¿dónde habrá sido morir? Y mi morir aquí, ¿dónde será nacer? "
Porchia


Hoy al mediodía, después de almorzar me fui para la placita de Bouchard y Alem a tirarme un rato en el pasto. Tenía ganas de dormirme unos 15 minutitos antes de volver a la oficina. Muy prudente, me instalé en un colchoncito verde que se abría a la sombra. Me saqué los zapatos, les puse el librito encima: almohada.
Me estiré, me relajé y me di al descanso. ¡Que lindo!

Al ratito empecé a tener frío
. El día está hermoso: cielo limpio, sol... todo
No podía ser, me quedé piola a ver si se me pasaba.


Generalmente cuando algo me molesta en el sueño, cuando es algo que realmente puede exasperarme, me obligo a ser indiferente porque la reacción ante esa incomodidad invariablemente va a quitarme todo sopor.
Bueno, el frío no se me pasó, hice el esfuerzo y me corrí unos metros a donde daba el sol. ¡Que lindo!
Los rayitos empezaron a acariciarme y sacudirme del cuerpo ese frio malo de la sombra. Empecé a flashear con algún pensamiento, no sé que cosa... osea, entré al limbo.

Al ratito empecé a tener calor
. El día está hermoso: cielo limpio, sol... todo
No podía ser, me quedé piola a ver si se me pasaba.


Bueno, esta vez empecé a transpirar, se pasó el rato que tenía, me hinché las bolas, me levanté y me fui de vuelta a mulear masticando la bronca.
Mientras caminaba me di cuenta de que el clima estaba ideal, divino para pasear en bermudita, había una claridad especial. Y nada, después entré a la empresa y colgué con lo mio.

Cuando lo conté (no se por qué...) entre mis compañeros, pude percibir que es una linda parábola sobre que nada es bueno o malo por si mismo. ¿O no?

sábado, marzo 04, 2006

Bosquejo de una mirada helada

Qué fácil es teniendo los bolsillos crueles. “Mi frialdad será titánica. Puedo gatillarle en la frente a un niño si resulta una amenaza. El rigor que me corona no me niega nada”

Estas ofreciendo el cuerpo que ya no te interesa a los crímenes de la derrota de los deshabitados. Tirado en el umbral de la madrugada te desgarrarías por una lagrimita más. Una tibia, que con una sonrisa piadosa te diga “si, estás perdido”. El cielo -también blanco- también hipnotiza a tus ojos acorazados; y tu lengua es un león enjaulado entre tus dientes adormilados.

No vas a llevarte ni una prueba de todos estos siglos, ni una sola enseñanza. Con suerte una imagen: el resuello de los bondis epifánicos sorteando el empedrado de la calle del invierno. Y una cicatriz: el dibujo que delata tus travesuras.

Ahora te sentís dilatado. Que profunda calma atraviesa a tu angustia. Con cuanta furia penetra el aire por tu fosas nasales.

“Mi soledad no existe”, pensás, y el corazón se te vuelve un puño. Lo único que te aterra es haber perdido todo miedo. “Sin mi inocencia podría amar a un cadáver, amarlo con locura... asesinarlo otra vez”



El amanecer te disuelve.
Ahora sos un llanto.