El Diletante Guacho Fané

En el seno del sufrimiento hallé el sendero secreto del deleite...

jueves, julio 06, 2006

martes, mentira

quizás salga un diario...

04/07/06

Cuentan del imaginario rioplatense con su melancolía perenne y los muchachos soldados al farol que le cantan a su vieja. Buenos Aires, repleta de días grises como hoy, húmedos como si estuviéramos metidos en un nube, es certera en la sensibilidad de sus habitantes contaminados. A mi particularmente, esto me resulta incomprensible. Pero lo cierto es que la mayoría de las veces no logro escapar.
Termino de leer Boquitas Pintadas, con su cita obligada al tango, y es una nueva confirmación: un libro que asfixia de tristeza.
Pocas escenas (o al menos no las más relevantes) transcurren en la ciudad, pero la cantidad de consfusiones y verdades veladas vedadas, exceden al pueblito pampeano para inscribirse directamente en la vida.

Entonces ¿todo el que escriba desde esta ciudad que brilla de opacidad va a caer en esto irremediablemente, casual o deliberado? ¿o existe algo que pueda hacerse desde un plan vitalista atacando esa misma opacidad sin que nos sepa a oquedad?... inversión del estado de ánimo...
Mi mamá solía contarme algunas cosillas de la New Age. Me hablaba de la llama violeta que troca la energía dañina en energía benigna...
“Sólo una madre nos perdona en esta vida, / es la única verdad, / es mentira lo demás...”

Días como hoy no quiero más leer, no quiero más estudiar, no quiero más trabajar, no quiero hacer más nada por mantenerme vivo.
A veces le doy vuelta a un concepto, trato de figurármelo realmente. Dicen alegría de vivir. En seguida me digo: perder eso es una derrota terrible. Busco hechar mano de algún heroísmo y pienso en Sísifo **. Una escalera mecánica me alza a la superficie y un viento fresco me deja respirar... soy un cuerpo que arrastra a un espíritu
Ahora me acuerdo del dualismo cartesiano: punto muerto y se me amarga el esófago.

Después llego y subo en el ascensor los 3 pisos. Me siento en mi escritorio. Frente a la computadora. Me detengo y no se puede empezar. ¡No puedo empezar!
Pongo Mentira de Manu Chao.
... si no estás roto no te podés arreglar... y esa señora canta un fragmento de La Llorona:

“no sé si el corazon peca, llorona ,/ en aras de un tierno amor // te quiero más que a mi vida, llorona, / ¿qué más quieres? ¡quieres más!”