El Diletante Guacho Fané

En el seno del sufrimiento hallé el sendero secreto del deleite...

sábado, diciembre 16, 2006

Atenea y Benito

Los amantes fervientes y los sabios auteros
en su edad ya madura aman siempre a los gatos,
por ser fuertes y suaves, de su casa el orgullo,
frioleros como ellos, y también sedentarios.

Les atrae la ciencia y el placer voluptuoso,
andan tras el silencio y un horror de tinieblas;
del Érebo serían los corceles fúnebres
si su orgullo pudiera someterse a algún yugo.

Pensativos, adoptan actitudes nobles
como esfinges tendidas en total soledad,
que parecen dormir en un sueño sin fin;

centellas de magia llenan sus flancos fecundos,
y partículas de oro, como arena finísma,
vagamente constelan sus pupilas de místicos.

Ven a mi amante pecho, hermoso gato,
guarda las uñas de tus patas,
deja que pueda hundirme en tus pupilas
donde se funden ágata y metal.

Cuando acarician con fruición mis dedos
tu cabeza y tu lomo cimbreante,
y mi mano se embriaga de placer
al palpar tu cuerpo eléctrico,

me imagino estar viéndola. Sus ojos,
como los tuyos, amable fiera,
hieren, hondos y fríos, como un dardo,

y de los pies a la cabeza, un aire
muy sutil, un aroma peligroso
flotará en torno a su moreno cuerpo.


(LXVI y XXXIV de Las Flores del Mal)

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Groso.

11:08 a. m.  
Blogger AbrazoLasSombras said...

es evidente que se pierde un montón con las traducciones, incluso acá hice unas mezclas de ellas...

pero mientras tanto nos re cabe por giles monolingües

12:59 p. m.  

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