En un cielo ajeno
Bueno, venciendo los mismos pudores de siempre vuelvo a ofrecer mis escritos para que nadie los lea.
Uno suele enredarse en sus mambos y llega a hacerse una idea de que su penar es único y especial. Definitivamente esto no es así, y es importante tenerlo en cuenta: no hay nada nuevo que decir. Entonces, la tarea a la que se debieran dedicar los espíritus con fervores de expresión, se trata de trabajar las cadencias de una propia estética y una profundización en su particular y (esta vez si) única sensibilidad. La complicación del asunto reside en la capacidad de abstracción que tengamos, tanto para observarnos como para juzgar nuestra obra.
Dicho esto, y dejando de lado ciertas importantes delicadezas que hablan mas de una prudencia artística que de las pasiones, cabe recordar una cosa que decía Rilke, algo así como que si no podés dejar de escribir, entonces vas a saber que tenés que escribir...
Este poema trata mas bien de otros asuntos distintos a los que vengo hablando de la escritura; pero es un ejemplo de mi intento:
un escaloncito los excita y los hermosea
estos héroes del exceso solamente
se mueven estéticamente
regalan al que comparta el adorno
una seca escondida de anti-bohemia
anestesian espíritus con estruendos de risas
y vuelve a ser el escalón quien ofrece nenas
nenas - por dios! - que son sirenas
con derroches gesticulares
la única conmoción es tirar la patada
el delirio de fiesta comiendo las sobras
encendiendo mechas de dolores que les venden
anhelando en sueños poseer la diestra,
ay! la linda mueca de sus tótems!
y yo me colgaba pudoroso
en mis entrañas sembraba un poema
-la querella de un alienado
martilla el oído desde la nuca-
en pleno Eros ajeno abrasador
mi guadaña me pide bailar
Uno suele enredarse en sus mambos y llega a hacerse una idea de que su penar es único y especial. Definitivamente esto no es así, y es importante tenerlo en cuenta: no hay nada nuevo que decir. Entonces, la tarea a la que se debieran dedicar los espíritus con fervores de expresión, se trata de trabajar las cadencias de una propia estética y una profundización en su particular y (esta vez si) única sensibilidad. La complicación del asunto reside en la capacidad de abstracción que tengamos, tanto para observarnos como para juzgar nuestra obra.
Dicho esto, y dejando de lado ciertas importantes delicadezas que hablan mas de una prudencia artística que de las pasiones, cabe recordar una cosa que decía Rilke, algo así como que si no podés dejar de escribir, entonces vas a saber que tenés que escribir...
Este poema trata mas bien de otros asuntos distintos a los que vengo hablando de la escritura; pero es un ejemplo de mi intento:
un escaloncito los excita y los hermosea
estos héroes del exceso solamente
se mueven estéticamente
regalan al que comparta el adorno
una seca escondida de anti-bohemia
anestesian espíritus con estruendos de risas
y vuelve a ser el escalón quien ofrece nenas
nenas - por dios! - que son sirenas
con derroches gesticulares
la única conmoción es tirar la patada
el delirio de fiesta comiendo las sobras
encendiendo mechas de dolores que les venden
anhelando en sueños poseer la diestra,
ay! la linda mueca de sus tótems!
y yo me colgaba pudoroso
en mis entrañas sembraba un poema
-la querella de un alienado
martilla el oído desde la nuca-
en pleno Eros ajeno abrasador
mi guadaña me pide bailar
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