El Diletante Guacho Fané

En el seno del sufrimiento hallé el sendero secreto del deleite...

sábado, marzo 04, 2006

Bosquejo de una mirada helada

Qué fácil es teniendo los bolsillos crueles. “Mi frialdad será titánica. Puedo gatillarle en la frente a un niño si resulta una amenaza. El rigor que me corona no me niega nada”

Estas ofreciendo el cuerpo que ya no te interesa a los crímenes de la derrota de los deshabitados. Tirado en el umbral de la madrugada te desgarrarías por una lagrimita más. Una tibia, que con una sonrisa piadosa te diga “si, estás perdido”. El cielo -también blanco- también hipnotiza a tus ojos acorazados; y tu lengua es un león enjaulado entre tus dientes adormilados.

No vas a llevarte ni una prueba de todos estos siglos, ni una sola enseñanza. Con suerte una imagen: el resuello de los bondis epifánicos sorteando el empedrado de la calle del invierno. Y una cicatriz: el dibujo que delata tus travesuras.

Ahora te sentís dilatado. Que profunda calma atraviesa a tu angustia. Con cuanta furia penetra el aire por tu fosas nasales.

“Mi soledad no existe”, pensás, y el corazón se te vuelve un puño. Lo único que te aterra es haber perdido todo miedo. “Sin mi inocencia podría amar a un cadáver, amarlo con locura... asesinarlo otra vez”



El amanecer te disuelve.
Ahora sos un llanto.