sábado (o "marimba contribuye")
ahora el sol ya nos hace transpirar estando quietos . los verdes son más brillantes, el viento bajos los árboles son lo mejor de la tarde . caminando con mamá por Villa Crespo vemos un pequeño árbol creciendo desde las filtraciones de un edificio antiguo, en un segundo piso, de cara al oeste . es una ramita delgada extendiéndose en históricas articulaciones; articulaciones que atestiguan una búsqueda; una naturaleza altiva que no asiste al melodrama . esa visión nos transfigura los ojos y de ahí en más vemos que los cordones también, los cordones de las veredas florecen pastos vehementes . la contemplación se da desde la sombra de uno de esos paraísos que están al palo .
yo no sé que más alberga una tarde de mis barrios aparte de hombres preparando una sangría en la vereda, cortando con primor los limones que van a hacer de colchón al hielo en un envase cortado a cerrucho . digamos que sé, con certeza porque hay una impresión, evidencia en mis sentidos, que las nubes están dispersas y son blancas con bordes difuminados pero no puedo elaborar la idea compleja que me asegure de donde proviene toda esta dilución . hoy es un lugar para la ternura, y yo no sé... y solo eso voy a decir al respecto, estos movimientos no proponen inferencias .
estuve con mi mamá reconociendo los lugares donde accedí a la conciencia . acá estaba el templo de los japoneses . en esa esquina, la verdulería: el pibe me llevaba arriba del carrito a dejar los pedidos . ese toldo lo compré yo, -recuerda al llegar a lo que fue nuestro almacén- no lo cambiaron, solo le sacaron los volados . por qué le sacan los volados? es el tiempo o eso ahora no es más que un toldo?
a la noche, sobre el empedrado de la mitad de cuadra, un lámpara derramaba un charco de leche donde iban a beber las primeras figuras de mi entrañable terror . alguna vez habité cada destello de aquellos adoquines resplandecientes .
volvamos a la tarde: cuando saco al perro, el viento cesó . camino bajo el sol moteado -que a esta hora ya llega en linea recta desde el horizonte recortado de casas- dentro de una espesa atmósfera de vapor de miel y árboles . fumo y abro los poros; cruzo a una serie de seres:
un viejo pinta de blanco el cesto de la vereda donde deja la basura todas las noches -me acuerdo de más temprano, unos tipos pintando de un celeste célico las paredes y los pisos de azulejo de todo el local de una fábrica de pastas de barrio y pienso algo como que “la primavera” propicia en todos la remodelación y la “memoria” de las cosas, y entonces hay en todo un renovarse casi sospechoso- . también un flaco que viene con la novia y la hermana del gimnasio . ellas, con sus manzanas de ojetes correspondientemente encalzados y entangados, él, con musculosa y peinadito con reflejos . crease, están deshaciendo un sábado de ejercicios . caras de buena onda, inocencia casi pascualina . sigo, pego una vuelta manzana y de nuevo encuentro al pibe musculín sentado con su novia en un umbral, conversando como esos novios que parecen amigos . paso, “esto podría ser la Verdad” . en la misma cuadra un pibe vestido como para ir a bailar está manguereando y enjabonando con esponja su peugeot 504.
cuando la llevo en el 6 a mi vieja a dejar los acolchados en la lavandería, baja ella y se demora . vuelve al rato y las 2 viejas (mamá misma y la dueña del lavadero) se habían peleado a los gritos porque “siempre me cobra distinto!”, “nunca tiene cambio!”, “le pone cualquier nombre al paquete que me tiene que devoler!” y demás pelotudeces.
más tarde, cuando ya volvimos a casa y estamos por salir a tomar mate en la vereda, me mira y me dice “a mi me gusta como lo preparás vos” . analizo la idea de la situación en frío, pero no dejo de sentir que es un halago . si querés que el mate salga bien, tenés que atender a todos los elementos que combinás en el proceso . la calidad y originalidad en ese punto creativo, definen al mate, me lo enseñó Pancho Ibáñez en las propagandas de “La Serenísima – la cálidaaad”. creo que para ese lado va el espíritu . me pregunta si “lo llevamos al perro” . lógico, mamá.
finalmente, usufructuando el último coletazo del flash, me pongo a chatear con una chica con la que estuve . que viene que va, que pun que pan, bueno, hablemos durante la noche . antes de entrar a la ducha, me hago en el baño una paja fenomenal reconstruyendo algunos momentos con ella . en términos platónicos: el cambio repentino de cerrar con el duchazo de agua fría es esencial . empilchado y fragante, quedo dispuesto al repecho del ocaso: soy flautista centrífugo y en mis solos de embriaguez entono
rock maravilla para todo el mundo...
que gocen los ratones
yo no sé que más alberga una tarde de mis barrios aparte de hombres preparando una sangría en la vereda, cortando con primor los limones que van a hacer de colchón al hielo en un envase cortado a cerrucho . digamos que sé, con certeza porque hay una impresión, evidencia en mis sentidos, que las nubes están dispersas y son blancas con bordes difuminados pero no puedo elaborar la idea compleja que me asegure de donde proviene toda esta dilución . hoy es un lugar para la ternura, y yo no sé... y solo eso voy a decir al respecto, estos movimientos no proponen inferencias .
estuve con mi mamá reconociendo los lugares donde accedí a la conciencia . acá estaba el templo de los japoneses . en esa esquina, la verdulería: el pibe me llevaba arriba del carrito a dejar los pedidos . ese toldo lo compré yo, -recuerda al llegar a lo que fue nuestro almacén- no lo cambiaron, solo le sacaron los volados . por qué le sacan los volados? es el tiempo o eso ahora no es más que un toldo?
a la noche, sobre el empedrado de la mitad de cuadra, un lámpara derramaba un charco de leche donde iban a beber las primeras figuras de mi entrañable terror . alguna vez habité cada destello de aquellos adoquines resplandecientes .
volvamos a la tarde: cuando saco al perro, el viento cesó . camino bajo el sol moteado -que a esta hora ya llega en linea recta desde el horizonte recortado de casas- dentro de una espesa atmósfera de vapor de miel y árboles . fumo y abro los poros; cruzo a una serie de seres:
un viejo pinta de blanco el cesto de la vereda donde deja la basura todas las noches -me acuerdo de más temprano, unos tipos pintando de un celeste célico las paredes y los pisos de azulejo de todo el local de una fábrica de pastas de barrio y pienso algo como que “la primavera” propicia en todos la remodelación y la “memoria” de las cosas, y entonces hay en todo un renovarse casi sospechoso- . también un flaco que viene con la novia y la hermana del gimnasio . ellas, con sus manzanas de ojetes correspondientemente encalzados y entangados, él, con musculosa y peinadito con reflejos . crease, están deshaciendo un sábado de ejercicios . caras de buena onda, inocencia casi pascualina . sigo, pego una vuelta manzana y de nuevo encuentro al pibe musculín sentado con su novia en un umbral, conversando como esos novios que parecen amigos . paso, “esto podría ser la Verdad” . en la misma cuadra un pibe vestido como para ir a bailar está manguereando y enjabonando con esponja su peugeot 504.
cuando la llevo en el 6 a mi vieja a dejar los acolchados en la lavandería, baja ella y se demora . vuelve al rato y las 2 viejas (mamá misma y la dueña del lavadero) se habían peleado a los gritos porque “siempre me cobra distinto!”, “nunca tiene cambio!”, “le pone cualquier nombre al paquete que me tiene que devoler!” y demás pelotudeces.
más tarde, cuando ya volvimos a casa y estamos por salir a tomar mate en la vereda, me mira y me dice “a mi me gusta como lo preparás vos” . analizo la idea de la situación en frío, pero no dejo de sentir que es un halago . si querés que el mate salga bien, tenés que atender a todos los elementos que combinás en el proceso . la calidad y originalidad en ese punto creativo, definen al mate, me lo enseñó Pancho Ibáñez en las propagandas de “La Serenísima – la cálidaaad”. creo que para ese lado va el espíritu . me pregunta si “lo llevamos al perro” . lógico, mamá.
finalmente, usufructuando el último coletazo del flash, me pongo a chatear con una chica con la que estuve . que viene que va, que pun que pan, bueno, hablemos durante la noche . antes de entrar a la ducha, me hago en el baño una paja fenomenal reconstruyendo algunos momentos con ella . en términos platónicos: el cambio repentino de cerrar con el duchazo de agua fría es esencial . empilchado y fragante, quedo dispuesto al repecho del ocaso: soy flautista centrífugo y en mis solos de embriaguez entono
rock maravilla para todo el mundo...
que gocen los ratones
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