El Diletante Guacho Fané

En el seno del sufrimiento hallé el sendero secreto del deleite...

viernes, marzo 09, 2007

ciertas limitaciones

esperar es algo que nunca soporté . como modo de prevención ante eventuales esperas, llego tarde a todos lados desde los 13 años .
pienso que esto se debe a que soy bastante ansioso . incluso, para mí, hablar por teléfono es esperar . entonces, cuando no tengo más opción que atender, no puedo dejar de caminar, frenéticamente, de un sitio a otro dentro del radio que alcanza el rulo del tubo extendido . eso hago, en general, cada vez que espero… en las farmacias, por ejemplo… siempre esperás en las farmacias…

mi vieja me había pedido que la acompañe a consultar su saldo porque desde que se jubiló y cobró su último sueldo, no volvió a sacar plata y quiere que le figure algún movimiento en su cuenta “por las dudas” . te pisás sola: un rato antes, mientras tomaba su café, mi mamá sentenciaba a propósito de una vieja a la cual había estado observando en la cola del pagofácil de farmacity: "en general, la gente mayor es muy desconfiada" . si es por las dudas, por lo menos sacá diez pesos -le dije- ése es un movimiento irrefutable . tenés razón, me respondió convencida .
veníamos de merendar café con tostados, caminando muy reposadamente cuando me respondía esto, y ahora se encontraba ella dentro del cajero del Banco Nación que está en la esquina de Av. San Martín y Nicasio Oroño; yo la esperaba afuera -aclaro por qué doy la dirección: quien conozca la zona sabrá que ésa es una esquina bastante transitada del centro comercial paternalense, con un semáforo, y donde, por ejemplo, muchos autos tienen la única posibilidad en muchas cuadras, de doblar para tomar la Av. Juan B. Justo si acaso estan viniendo del lado de provincia; en suma, es un lugar muy concurrido-. como decía, serían mas o menos las ocho treinta, ya había oscurecido bastante y mi vieja tecleaba los botones de la máquina mientras yo caminaba de un lado a otro, quizás pensando en la muerte del abuelo de mi mejor amigo y en la sensación de terrible sinsentido que me provocó la “ceremonia de inhumación” y el paseo por el cementerio durante el hermoso día de ayer .
dijérase ocupado en las minucias relativas a los devaneos que tienen por tema la muerte . es así que sospecho, por esto último, que mi rostro no sería muy amistoso perdido en un ida y vuelta esquizofrénico en torno a los alegres paseantes crepusculares .
para enriquecer la escena, en eso el semáforo corta y dos autos frenan sobre el costado del cordón, cerca mío . alguno de los dos idiotas toca la bocina . el ruido me descuelga, miro, y entonces veo que se trata de una rubia cuarentona que le hace señas a la otra mina que había frenado delante de ella en un Fiat Uno color rojo . la veo inclinarse sobre el parabrisas para señalar, adelante y abajo, con el índice y con los ojos . está por gritar sacando la cabeza por la ventanilla pero se arrepiente . murmura algo ininteligible .
la mujer del Uno es morocha, de unos treinta y cinco, pelo corto . mira por el retrovisor un tanto extrañada . frunce el seño con un gesto más bien de desconfianza que de enojo, chequea el rojo del semáforo (el semáforo es el mismo para doblar que para seguir) . y entonces vuelve a mirar hacia adelante agarrando el volante ahora con mayor firmeza .
sin frenar mi marcha, repruebo con una mueca de desdén y entonces escucho un nuevo bocinazo . giro la cabeza, pero recién cuando volteo del todo compruebo que la mujer de atrás repite los mismos gestos, aunque ésta vez con más ahínco… ésta vez, la del Uno, apenas mira de reojo el espejo retrovisor, e inmediatamente se le dibuja en la jeta un rictus de notorio fastidio . al fin, la mujer del auto de atrás se recuesta rendida sobre su asiento y hace hombritos .

cuando se pone en verde el semáforo y los dos autos se alejan, veo que la matrícula trasera del Fiat Uno está tapada hasta la mitad por un panfleto de propaganda que parece estar enganchado en el paragolpes . entonces, mi vieja sale y cuando llega a mi lado me dice sonriendo “parece que tenés ganas de caminar, saqué cuatroscientos, te cabe?”.

1 Comments:

Blogger AbrazoLasSombras said...

se agradece...
ahora me pego una vuelta por los tuyos

2:42 p. m.  

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