El Diletante Guacho Fané

En el seno del sufrimiento hallé el sendero secreto del deleite...

sábado, diciembre 15, 2007

decirme lo mismo cambiando las palabras:
el poema sucede aquí y ahora
el deseo no se deja decir


en esta noche, en este mundo - alejandra pizarnik

en esta noche en este mundo
las palabras del sueño de la infancia de la muerte
nunca es eso lo que uno quiere decir
la lengua natal castra
la lengua es un órgano de conocimiento
del fracaso de todo poema
castrado por su propia lengua
que es el órgano de la re-creación
del re-conocimiento
pero no el de la resurrección
de algo a modo de negación
de mi horizonte de maldoror con su perro
y nada es promesa
entre lo decible
que equivale a mentir
(todo lo que se puede decir es mentira)
el resto es silencio
sólo que el silencio no existe

no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?

en esta noche en este mundo
extraordinario silencio el de esta noche
lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se ve
lo que pasa con el espíritu es que no se ve
¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible

sombras
recintos viscosos donde se oculta
la piedra de la locura
corredores negros
los he recorrido todos
¡oh quédate un poco más entre nosotros!

mi persona está herida
mi primera persona del singular

escribo como quien con un cuchillo alzado en la oscuridad
escribo como estoy diciendo
la sinceridad absoluta continuaría siendo lo imposible
¡oh quédate un poco más entre nosotros!

los deterioros de las palabras
deshabitando el palacio del lenguaje
el conocimiento entre las piernas
¿qué hiciste del don del sexo?
oh mis muertos
me los comí me atraganté
no puedo más de no poder más

palabras embozadas
todo se desliza
hacia la negra licuefacción

y el perro de maldoror
en esta noche en este mundo
donde todo es posible
salvo
el poema

hablo
sabiendo que no se trata de eso
siempre no se trata de eso
oh ayúdame a escribir el poema más prescindible
el que no sirva ni para
ser inservible
ayúdame a escribir palabras
en esta noche en este mundo



ritmo, sutancia
densidad y resonancia

el deseo y la demanda
en lo que el negro fanta canta




"yo debería haber sido un par de garras afiladas
corriendo por los fondos de mares silencios"


La época nos incita a creer sólo en el genio personal, autosuficiente. Eliot, desde que empezó a escribir, nunca se preocupó por que su voz poética fuera una marca registrada libre de toda influencia. Y ese es un rasgo que delata su modernidad.

¿Cómo componía Eliot? No es necesario leer sus borradores, que ahora también circulan en ediciones de lujo, para percibir que trabajaba uniendo visiones que él iba anotando en diferentes momentos. Los "Preludios" de su primer libro son un compendio de imágenes violentas musicalizadas por una mente enfebrecida. En el caso del poema "La canción de amor de Alfred Prufrock", estas mismas epifanías se anudan en torno a un argumento precario y nunca explícito del todo, lo que permitió que este trabajo gozara de una infinidad de interpretaciones.
Pero este método de composición no sería tan importante si no reflejara en ese momento una relación profunda con su capacidad de crear poesía. Claramente: el poeta que balbucea esos poemas era un hombre atormentado por visiones que apenas podían bajar al papel. Trabajaba en la oscuridad y no se creía dueño de un estilo. Y es en ese viaje hacia los confines del conocimiento -lugar en el cual, como dice bien Schopenhauer, las antorchas de la filosofía ya no sirven ni para alumbrar-, donde la poesía a veces consigue traerse algo nuevo para casa.Aunque ese "algo" no sea la cosa en sí, sino un pequeño atisbo de su naturaleza. Platón condenó a los poetas por estos viajes. Eliot los describe así: "Me conmueven fantasías que se enroscan / en torno de esas imágenes y se adhieren: / la noción de algo infinitamente dulce / infinitamente dolorido".

Fabián Casas, en "Ensayos Bonsai", Emecé, etc..