El Diletante Guacho Fané

En el seno del sufrimiento hallé el sendero secreto del deleite...

viernes, diciembre 30, 2005

Escrito

Con toda esa asquerosa impostura a la que nos obliga el deseo; ¿cómo conocerse sin caer en el quietismo y el mutismo?
¿Cómo podes acceder a Ella de manera noble, sin hacer uso de esos recursos miserables que entran en juego en la competencia? ¡Como te duele sorprenderte en esas distracciones! Al fin y al cabo, te das cuenta de que lo único que te interesa es regarte el narciso para incrementar tu carga. Y ahora que te desespera verla tan impenetrable (sobre todo en lo trivial, estallando de risa con sus amigas) sentís que perdés todo tu peso y que todo ha vuelto a ser, como en todo, en todos y a cada rato, una performance para llevarte el premio y que, hablando desde lo esencial, esto se diluye inmediatamente sin dar batalla.
Le ofreces la inmensidad, ¿sentís realmente el desamparo y querés soportarlo con ella o es de nuevo tu chantaje?

¿Por qué siempre en estos casos caminas la ciudad y sentís asistir a las cosas como la primera vez, con esa extrañación, la misma de tu niñez?
Te parece percibir… estás convencido de cómo todas las personas están reprimiendo sus temores dirigiendo su energía a cosas insólitas. ¡Imposibles en este rato que tenemos!
Y esa otra gente que no puede elegir, encadenada por la circunstancia: ¡cuanto dolor!
Es un absurdo que aflora y es versionado según las sensaciones de……….. ¡mundanas!........ ¡que te venden hechas!
¿Y quien es el que busca la palabra para enmarcar la sensación salvaje? ¿Qué es lo realmente tuyo?
Ésta reflexión, tampoco tuya…
… ahí viene, lo apago y guardo la tuca

“Ochenta”. Sube un pibe (mas o menos mi edad) en su mundo y con un tubo en la mano. Los pasajeros desde sus asientos lo juzgan con semblante severo, pero nadie acota nada.
Desde la máquina y con un gesto que le desfigura el rostro, se pone a buscar un lugar para sentarse.
Un tipo de unos 45 años y cara gorda se anima y le dice si no le daba vergüenza subir en ese estado, con una cerveza, ¡y a su edad! Si estaba así a esta hora, ¿qué le quedaba para cuando sea grande más que ser un borracho desastroso?

- Es probable que pase esto que decís, pero si estoy como estoy es porque en este tiempo que me tocó me decidí a abrir los ojos, y a vos ya se te pasó la hora y no los abriste…

El pibe siguió hablando dándome la sensación de estar atrapado por el discurso. En un momento dijo algo como que “el espíritu es un bloque virgen que se talla desde 2 lados…”
Yo lo veía agitarse desde mi asiento y el pibe seguía exagerando, aunque en realidad…

miércoles, diciembre 28, 2005

Improvisado

tengo un amigo al que le gustan las tetas más que a Girondo
me dice:
"por ahí voy en el bondi
y sentada delante mío hay una vieja
y si tiene tetas grandes
me tengo que frenar para no agarrárselas
me gustaría amasárselas
seguramente me la cojería por las tetas"


... yo también creo que las tetas son algo bárbaro

martes, diciembre 06, 2005

Robando el fuego

me faltaba algo para verme y
yo mismo estaba ahí nomás
un espejo de agua un ojo natural
y ver la epifanía

me visita como una música una brisa o
la helada flor del jacarandá


ir y volver de esa región
mas atrás del ojo donde la imagen se invierte
donde el taita palidece en donde es

mano a mano con esa presencia
que aunque te muevas como la luz
se halla siempre imperturbable
en la antípoda de tu mirada

ir y volver de esa región
donde si atrapás el trompo de violencia exacta
pagás el precio del poema

Reminiscencia de "Los cirios de la muerte" y de un poema de Alejandra

- Lanzás tu querella lírica desde tu pecho hacia la noche. Mirala como estalla; ¿en qué se diferencia de un fuego artificial?
- En que su raíz ha quedado para siempre en mi. - Afirmas alimentándola un poquito más...
- No hay forma en que tus placeres te llenen la olla
- Voy a buscar una libertad más profunda
- No tenés lo que hace falta!
- Voy a tomar las palabras, que son tu único capital, y voy a hablarte desde el lugar donde no existen